Muchos de nuestros jóvenes de entre 17 a 19 años tienen que enfrentarse a una toma de decisión de gran importancia: La de elegir que estudiar o a que dedicarse en su futuro. Con miedo, dudas e incertidumbre comienzan a valorar lo que les gusta y lo contraponen a si será rentable, a la empleabilidad que podrá tener tal o cual profesión en el futuro, a si serán capaces de optar a estudiarla dado sus méritos académicos durante la ESO o el Bachiller, si podrán hacer frente al factor económico, etc.
Por otro lado la misión de los padres parece ser…la de meter presión en la olla…
Que si ya has decidido… que si la nota no te llegará….que si esa carrera no tiene salidas…
Bueno, como es “lógico” ( ironía) pertenezco a ese grupo de padres y he caído en la cuenta de que lo mejor que pueden hacer nuestros hijos para tener un futuro exitoso es seguir su pasión, hacer lo que realmente les llena, lo que les sale bien naturalmente y sin esfuerzo, lo que les invita a ser creativos y conectar con su YO y con los demás.
Claro que esto suena muy bien pero es bastante difícil, porque para descubrir qué es lo que nos apasiona debemos descubrir cuál es nuestro talento. Y eso sí que lleva tiempo y requiere de atención.
Nuestros hijos tendrán que intentar estar abiertos a indagar nuevos conocimientos y dispuestos a realizar experiencias fuera de su zona de confort aunque no les resulte atractivo a primera vista. Y los padres deberemos ser quienes ofrezcamos, por ejemplo, empezar un determinado curso, ir a un viaje, hacer algún tipo de voluntariado, probar un nuevo deporte, unirse a un grupo de teatro, fomentar charlas con personas que desarrollan profesiones distintas a las que ellos conocen… En definitiva mantener la curiosidad.
Además se necesitará una cuota de paciencia ya que este proceso puede llevar años. Los padres normalmente estamos alerta desde que los niños son pequeños, pero si a estas alturas aún no tenemos nada claro lo mejor será asumir que “estamos en espera”, a tomar una decisión desacertada.
Aunque en mi opinión el mejor consejo que podemos dar mientras comenzamos a desempeñar nuestro nuevo role de “acompañante” como dije en un principio es que sigan su pasión porque ello les conducirá a la excelencia, a ser el mejor en su campo y todo lo que sea evitar la mediocridad y no ser uno más del montón, redundará en reconocimiento y satisfacción personal.